La guerra comercial impulsada por el Presidente de EE. UU. Donald Trump con la imposición de aranceles generalizados a China y a la mayoría de sus socios comerciales, ha desencadenado una serie de impactos sobre las cadenas logísticas marítimas globales. Entre las rutas más afectadas se encuentra la del Lejano Oriente-Costa Este de Sudamérica (ECSA), donde las tarifas spot llegaron a triplicarse antes de caer nuevamente. “El mercado ha estado reaccionando como un péndulo: cuando las tarifas caen en una ruta, las navieras trasladan capacidad a otras más lucrativas, lo que a su vez distorsiona esas nuevas rutas”, afirma Xeneta.
Inestabilidad en EE. UU. y efectos colaterales
Tras la reducción de los aranceles en mayo, los importadores estadounidenses aceleraron sus compras para aprovechar una ventana de 90 días, lo que generó un aumento del 75% en las tarifas hacia la Costa Oeste de EE. UU. (USWC) y del 58% hacia la Costa Este (USEC) en solo dos días (entre el 31 de mayo y el 1 de junio).
Este rush de carga provocó que las líneas navieras asignaran mayor capacidad a estas rutas. Como consecuencia, al llegar más oferta de lo necesario, las tarifas comenzaron a desplomarse nuevamente, cayendo un 58% hacia la USWC y un 35% hacia la USEC desde el 30 de junio.
Un dato interesante es cómo este vaivén ha alterado el diferencial tradicional entre ambas costas de EE. UU. Históricamente, las tarifas hacia la USWC han sido US$1.000 más baratas por FEU que hacia la USEC. El 31 de mayo, por ejemplo, las tarifas eran de US$3.124/FEU y US$4.180/FEU, respectivamente. Pero la corrección más agresiva en la USWC ha ampliado esta brecha a más de US$2.000/FEU.
ECSA al ritmo de la capacidad disponible
Tras la pausa arancelaria, la demanda de transporte marítimo entre China y EE. UU. se incrementó, lo que llevó a las líneas navieras a desviar capacidad desde otras regiones, incluida Sudamérica.
Como resultado, las tarifas spot desde el Lejano Oriente hacia la Costa Este de Sudamérica (ECSA) se dispararon, debido a la escasez de capacidad disponible. Según Xeneta, la tarifa promedio para el transporte de un contenedor de 40 pies (FEU) en esa ruta pasó de USD 1.890 el 1 de mayo a US$6.945 el 16 de julio. Esto representa un alza de más del 260% en poco más de dos meses. Esta combinación de menor capacidad y una demanda récord en mayo provocó una “espiral tarifaria”.
Sin embargo, ahora los tarifas spot en la ruta Lejano Oriente – EE. UU. se están desplomando, ante lo cual las líneas navieras nuevamente reorientaron sus buques de vuelta hacia Sudamérica. Así al aumentar la capacidad disponible para Sudamérica, las tarifas comenzaron a corregirse a la baja. “Irónicamente, al trasladar capacidad nuevamente hacia Sudamérica para aprovechar tarifas altas, las navieras están socavando su propio beneficio. Más oferta significa menores precios”, señala el análisis.
¿Qué viene para el resto de 2025?
Xeneta advierte que la inestabilidad persistirá durante lo que resta del año, y que los embarcadores deben prepararse para un entorno en el que las tarifas seguirán cayendo, tanto en las rutas hacia EE. UU. como hacia Sudamérica. “La trayectoria a largo plazo marca una tendencia a la baja. El alza vista tras la reducción temporal de tarifas fue insostenible: nadie puede anticipar carga indefinidamente”, sostiene la consultora.
En el caso de Sudamérica, la presión sobre las tarifas continuará reduciéndose a medida que las líneas navieras redistribuyen su capacidad a nivel global. Pero este movimiento no es inmediato y requiere una planificación estratégica por parte de los importadores de la región. “No todas las rutas se comportarán igual. Entender los impulsores globales, regionales y portuarios es esencial para presupuestar adecuadamente en 2026”, concluye Xeneta.


