El término nearshoring está ganando reconocimiento a nivel mundial, y en el contexto de América Latina es crucial considerarlo, indica Maersk en su más reciente Latin America Market Update. La estrategia implica la externalización de procesos comerciales a países cercanos geográficamente, y surge como una respuesta estratégica a las vulnerabilidades expuestas por la pandemia, conflictos geopolíticos y tensiones internacionales. Se considera que el nearshoring ofrece ventajas en términos de costos de transporte, agilidad operativa y afinidad cultural, facilitando una colaboración más estrecha entre los stakeholders.
Potencial latinoamericano
Maersk señala que un estudio de Deloitte proyecta que el mercado del nearshoring en América Latina experimentará una tasa compuesta de crecimiento anual (TCAC) del 10,3% hasta 2025. Además, estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sugieren que la práctica podría potencialmente aumentar las exportaciones de Latinoamérica y el Caribe en hasta US$78.000 millones anuales.
Según un informe de IDC, la región presenta al mercado norteamericano una combinación única de proximidad geográfica y experiencia en la prestación de servicios de calidad, especialmente concentrada en países como Guatemala, El Salvador y México.
Más allá de los territorios mencionados, el BID también indica el potencial de crecimiento del nearshoring, señalando que países como Argentina podrían ver incrementadas sus exportaciones en US$3.910 millones, Brasil en US$7.840 millones, Colombia en US$2.570 millones, y en conjunto, Chile, Costa Rica y la República Dominicana podrían superar los US$1.500 millones anuales. Se estima que esta estrategia no solo generará beneficios económicos para los países involucrados, sino que también contribuirá a la recuperación económica regional y a la desaceleración de la inflación al redirigir inversiones significativas.
Es importante destacar también el reshoring, que se puede conocer como «onshoring«, el cual implica la repatriación de operaciones empresariales al país de origen, mientras que el offshoring consiste en la externalización a países extranjeros, a menudo motivada por consideraciones de costos. Cada estrategia tiene sus propias implicaciones y consideraciones, que van desde el control de calidad hasta la gestión de riesgos asociados con la distancia y la dependencia de condiciones económicas y políticas globales.
Ventajas importantes
El nearshoring en América Latina presenta una serie de ventajas que hacen de la región un destino atractivo. La proximidad geográfica y la ventaja estratégica del territorio, especialmente su cercanía a Estados Unidos, proporcionan una ventaja competitiva. La reducción de los tiempos y costos de transporte contribuye a unas cadenas de suministro más eficientes y a una respuesta más rápida a las demandas del mercado.
Además, los acuerdos y convenios comerciales ofrecen incentivos a las empresas de la región, proporcionando condiciones favorables, subvenciones y apoyo a las industrias. Maersk también destaca que, a pesar de los desafíos ocasionales, un PIB regional superior al 2% en 2023 presenta un entorno atractivo para las empresas que buscan inversiones a largo plazo.
La cooperación regional en América Latina promete crear economías de escala y fomentar una mayor colaboración entre países. Estas iniciativas podrían ofrecer financiamiento y apoyo a asociaciones industriales y comerciales transfronterizas, lo que aumentaría el atractivo general de la región. Asimismo, en medio de la reestructuración actual de las cadenas de suministro globales, Latinoamérica se presenta como una oportunidad para que las empresas diversifiquen sus operaciones. Esto puede fortalecer la resistencia de las organizaciones, reducir su dependencia de una sola región y mitigar los riesgos asociados con perturbaciones geopolíticas.
No todo es positivo…
A pesar de los aspectos beneficiosos, la región se encuentra en una encrucijada donde el potencial del nearshoring se ve contrarrestado por diversos retos que deben abordarse primero.
Las complejidades de infraestructura representan uno de los principales obstáculos, con disparidades en la calidad de los parques industriales y capacidades logísticas entre países. Estas diferencias pueden conducir a ineficiencias operativas y aumentar los costos, subrayando la necesidad de mejorar las infraestructuras en toda la región.
Las dinámicas políticas y las ambigüedades normativas también plantean desafíos, con una amplia gama de regulaciones y políticas comerciales que exigen una comprensión exhaustiva y adaptaciones ágiles. Un entorno normativo armonizado y transparente es esencial para garantizar la estabilidad y la confianza de los inversores.
Finalmente, el déficit de talento y las dificultades para encontrar habilidades especializadas son otro problema significativo. A pesar de los esfuerzos en educación y formación, cerrar la brecha profesional es crucial para fortalecer el atractivo de la región como destino de nearshoring y promover la innovación tecnológica.
