Especialistas estiman que las pérdidas económicas diarias oscilan entre los US$1.000 y US$5.000 millones el primer día de huelga en los puertos de la costa este y el golfo de Estados Unidos (USEC y USGC) arribó generando una nueva e importante disrupción en la cadena de suministro marítima, afectando las principales terminales desde Boston hasta Houston. Economistas estiman que las pérdidas económicas diarias oscilan entre US$1.000 millones y US$5.000 millones, según un informe de Bloomberg. Estas cifras incluyen tanto retrasos como pérdidas de actividad en el comercio de importación y exportación.
Pese a la presión de los grupos empresariales que han instado a una rápida intervención, el presidente Joe Biden no ha invocado su autoridad para forzar al sindicato a regresar al trabajo ni para reanudar las negociaciones.
Impacto en la temporada navideña y aumento de costos
La paralización de las operaciones portuarias afecta la capacidad de descarga y carga de bienes, lo que ha provocado que los buques permanezcan anclados mientras buscan rutas alternativas. Esta situación impacta especialmente al comercio en vísperas de la temporada navideña, un momento clave para la economía global. Los costos de fletes spot han comenzado a subir como resultado directo de estos retrasos.
Por ejemplo, John Wrenn, director de operaciones de MHW, una distribuidora de cerveza, vino y licores basada en Nueva York, expresó a Bloomeberg su preocupación por la capacidad de abastecer los productos a tiempo para la temporada navideña y de manera rentable. Actualmente, el costo de un contenedor de 40 pies desde Europa a Estados Unidos se sitúa entre US$4.000 y US$5.000, pero con los recargos por temporada alta y la huelga, los costos han aumentado entre US$1.500 y US$2.000 adicionales, lo que eleva las tarifas hasta un 40% en pocas semanas.
Wrenn también señaló que las opciones de utilizar los puertos de la USWC no son viables por el momento, y que las tarifas de carga aérea son prohibitivamente altas.
¿Peligra la automatización portuaria?
Durante un discurso dirigido a un grupo de los 45.000 estibadores involucrados en el conflicto, el líder sindical Harold Daggett anunció su intención de globalizar la campaña contra la automatización portuaria. Los estibadores temen que la incorporación de tecnología automatizada en los puertos reduzca significativamente los empleos, y planean organizar acciones a nivel internacional para interrumpir las operaciones de terminales que utilicen estos sistemas, independientemente de su ubicación.
Los empresarios portuarios, por su parte, consideran que la automatización es necesaria para mantener la competitividad en el comercio global. De momento, y tomando en cuenta los grandes pasos que la industria da hacía la automatización, es seguro prever que no será la última vez que el tema sea una razón de debate.
Perspectivas económicas y consecuencias potenciales
Reuters reportó que David Altig, vicepresidente ejecutivo y principal asesor económico de la Reserva Federal de Atlanta, comentó en una conferencia de la Asociación Nacional de Economía Empresarial que, si la huelga es de corta duración, la economía estadounidense podría superarla sin mayores repercusiones. Sin embargo, advirtió que una interrupción prolongada en las importaciones podría revertir la reciente caída de los precios de los bienes, lo que afectaría los esfuerzos para contener la inflación.
En todo caso, el impacto de una huelga prolongada ha sido señalado por varios actores del sector logístico. Maersk, por ejemplo, informó que una extensión del conflicto podría agravar las interrupciones en la cadena de suministro, afectando la disponibilidad de contenedores y la eficiencia operativa. A partir del 21 de octubre, la línea naviera aplicará un recargo por «perturbación portuaria» de entre US$1.500 y US$3.780 por contenedor para las cargas que transiten por las terminales de la costa este y el golfo.
C.H. Robinson indicó que lleva meses trabajando con sus clientes en planes de contingencia, incluyendo la diversificación de puertos y la importación anticipada de bienes. Mia Ginter, directora de envíos a Norteamérica de la compañía, señaló que un desplazamiento significativo de volumen hacia la la USWC podría poner presión sobre los servicios ferroviarios, lo que obligaría a aumentar el uso de camiones y servicios de transbordo.
Por su parte, Hapag-Lloyd declaró seguir de cerca la evolución de la huelga y que mantendrá informados a sus clientes sobre cualquier novedad que pueda afectar sus operaciones.