La Asociación Colombiana de Camioneros expresó su preocupación ante el cierre de la vía Ocaña-César, anunciado por Invías durante 76 días.
Juan Carlos Bobadilla, vocero de la organización, destacó que este cierre afectará gravemente la economía de la región, interrumpiendo el flujo de mercancías esenciales y recursos.
Bobadilla recordó que, durante un cierre reciente de cinco días debido al conflicto con el gremio de la minería, ya se registraron pérdidas significativas.
“Se colapsó el transporte de cosechas, leche y combustible, afectando tanto a los agricultores como a la cadena productiva”, afirmó el líder camionero.
El impacto fue inmediato, ya que el transporte de carga es crucial para mover estos productos vitales en la zona.
El representante también advirtió que las estaciones de servicio en la región están operando con cupos limitados de combustible, y este cierre podría generar más pérdidas económicas. “Si no hay transporte pesado, no se venderá el combustible necesario para las operaciones diarias, lo que pondría en riesgo la estabilidad financiera de muchas estaciones”, explicó.
Además, sectores como los hoteles y los lavaderos de vehículos, que dependen del transporte de carga, también sufrirán las consecuencias de esta medida.
Bobadilla insistió en que la interrupción de esta vía tendrá un impacto económico considerable, afectando no solo a los camioneros, sino a muchas familias que dependen directamente de la actividad económica del transporte pesado.
Este jueves se adelantará una socialización del proyecto que busca realizar unas reparaciones en la vía Ocaña-Cesar, la cual, contará con la participación de los gremios afectados y una delegación del gobierno nacional. El encuentro será en la Gobernación de Norte de Santander.