Inversiones en más de un centenar de terminales generan dinámicas económicas y preocupaciones en seguridad y control logístico durante las últimas dos décadas, China ha consolidado una red internacional de puertos comerciales que abarca todos los continentes, con excepción de la Antártida. El desarrollo de esta infraestructura forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, estrategia que busca fortalecer las conexiones logísticas del país mediante inversiones en rutas marítimas, carreteras y corredores ferroviarios. Según diversas fuentes internacionales, entidades estatales y empresas vinculadas al gobierno chino han destinado más de US$60.000 millones a 129 proyectos portuarios en el extranjero.
En un reciente reportaje, Bloomberg apuntó que este creciente protagonismo contrasta con la menor participación de Estados Unidos en financiamiento de infraestructura fuera de su territorio. Entre los proyectos identificados, al menos 14 puertos con participación mayoritaria china han sido señalados por gobiernos occidentales como instalaciones con potencial dual, es decir, con la capacidad de servir tanto a fines comerciales como militares. Estas inquietudes hacen que algunos países revisen acuerdos previos y a la Unión Europea a considerar medidas para reforzar el control sobre inversiones extranjeras en infraestructura crítica.
Uno de los puntos de mayor discusión gira en torno al Canal de Panamá, donde empresas de origen chino operan terminales en ambos extremos. Funcionarios estadounidenses han advertido que, en un escenario de tensión comercial o política, estas posiciones podrían convertirse en un factor de riesgo para el flujo marítimo, dado que cerca del 40% de la carga contenedorizada de Estados Unidos transita por la vía interoceánica.
Chancay y la expansión en América Latina
En América del Sur, el puerto de Chancay, en Perú, se ha convertido en uno de los proyectos emblemáticos de esta expansión. La instalación, financiada en conjunto por Cosco Shipping y un socio argentino, está diseñada como un puerto de aguas profundas que permite conexiones directas con terminales chinas y redujo en alrededor de 10 días el tiempo de tránsito de exportaciones peruanas, especialmente agrícolas.
El sitio es considerado un punto estratégico para las exportaciones de Perú y un futuro nodo logístico para otros países sudamericanos. Y mientras autoridades estadounidenses expresan su desconfianza, los funcionarios de Perú responden que, sencillamente, China ofreció inversiones que nadie más estaba dispuesto a realizar.
La red portuaria desarrollada por China combina diferentes esquemas de participación, desde inversiones minoritarias hasta control mayoritario por parte de empresas estatales o privadas del país. Aunque la mayoría opera como infraestructura comercial, algunos analistas sostienen que varias instalaciones cuentan con características que permitirían recibir naves logísticas o de apoyo naval.
El caso de Yibuti es uno de los más citados: allí, una instalación inicialmente comercial evolucionó hasta convertirse en la primera base militar china en el extranjero. Es importante destacar que el país también alberga bases de otros actores, entre ellos Estados Unidos.
En Europa, la preocupación por la influencia extranjera en puertos y terminales ha impulsado nuevas regulaciones de revisión de inversiones. En el sector marítimo se registran tensiones vinculadas a tarifas portuarias y controles operativos, mientras que Washington sostiene que algunas inversiones chinas podrían asociarse a compromisos o condiciones de carácter político.
China, por su parte, afirma que respeta la soberanía de los países anfitriones y rechaza que sus proyectos tengan fines militares. Al mismo tiempo, ha objetado iniciativas que buscan transferir operaciones portuarias a compañías estadounidenses, como en el caso de Panamá.
Impacto en el comercio global
Las autoridades y analistas consultados coinciden en que la ampliación de la presencia china en puertos clave tiene efectos directos en el comercio internacional. Una mayor participación en rutas estratégicas podría modificar patrones de flujo de mercancías y reforzar la dependencia de ciertos mercados respecto a la red logística del país asiático.
Mientras persisten las tensiones comerciales y geopolíticas, diversos gobiernos debaten cómo equilibrar la necesidad de inversiones en infraestructura con los riesgos asociados a la concentración de la propiedad portuaria. Para varias naciones en desarrollo, las obras financiadas por China representan una oportunidad para modernizar sus capacidades logísticas, aun cuando el debate global apunta a su posible uso en escenarios de conflicto o presión económica.


