Importadores son desafiados por el impacto de las nuevas políticas arancelarias de Estados Unidos

La resiliencia de los importadores está siendo puesta a prueba por el panorama rápidamente cambiante del comercio global, las políticas arancelarias y la dinámica competitiva entre hubs de fabricación clave como China, Vietnam, India y México. De acuerdo con Jon Monroe, analista de la industria marítima, portuaria y logística “la situación se está volviendo cada vez más compleja”.

“Tuve una conversación con una empresa de adquisición de productos en Vietnam recientemente y me dijeron que Vietnam sigue siendo más costoso que China. Mientras tanto, Samsung y LG han anunciado que están considerando trasladar parte de su fabricación de electrodomésticos de México a los EE. UU. ¿Es el comienzo de las consecuencias no deseadas de Trump 2.0?”, interroga Monroe.  

Según describe los aranceles de la administración Trump podrían tener repercusiones significativas para los importadores, dependiendo de cómo estén estructurados y qué países se vean afectados. Sumado a esto, indica que la reciente disputa Trump/ Petro- en el que el Presidente de EE. UU. impuso aranceles de efecto inmediato a Colombia por negarse a aceptar migrantes deportados-  podría ser la tónica de acciones futuras, pese a que finalmente esta situación se resolvió sin la necesidad del incremento arancelario.

América Latina en la mira 

Por otro lado, el transporte marítimo de contenedores continúa desarrollando sus propias dinámicas es el caso de la reconfiguración de las alianzas navieras. Para Monroe, los actuales, son “tiempos interesantes”, ya que los nuevos formatos de las alianzas llegan en un momento en que las compañías están cambiando el punto de origen de sus rutas marítimas de debido a los factores geopolíticos.  “MSC, por ejemplo, ha añadido nuevos servicios entre Asia y los puertos de la Costa Este y del Golfo de EE. UU., así como México y el Caribe”, apunta.   

Al retomar como ejemplo el reciente episodio de tensión entre EE. UU. y Colombia, Monroe explica que “el año pasado, aproximadamente 1.300 buques hicieron más de 11.000 recaladas en puertos colombianos, todos con destino a las costas estadounidenses”. A partir de esto plantea una preocupación importante: “¿Cómo afectarán estas maniobras políticas a la industria naviera y a los niveles generales de servicio? ¿Adoptará EE. UU. una postura más agresiva en materia de comercio o estas tensiones simplemente introducirán más incertidumbre y disrupciones?”

Al ensayar una respuesta afirma que “el cambio de los acuerdos comerciales bilaterales a una dependencia de los aranceles unilaterales podría alterar significativamente la dinámica del comercio de EE. UU. con sus socios, especialmente en regiones como América Latina”.

“Las consecuencias a largo plazo de este enfoque aún están por verse, pero está claro que cualquier disrupción de las rutas marítimas establecidas o el aumento de los aranceles podrían tener consecuencias imprevistas tanto para los exportadores como para los importadores”.

¿Qué hacer en un contexto incierto?

De acuerdo con el analista, la resiliencia de los importadores en este entorno dependerá de qué tan rápido puedan adaptarse al cambiante panorama arancelario. “Las empresas que dependen en gran medida de las cadenas de suministro globales pueden necesitar volverse más ágiles e innovadoras en su enfoque de abastecimiento y fabricación, centrándose en el nearshoring o el abastecimiento múltiple desde una variedad de países para distribuir el riesgo”, apunta.

Por otro lado, indica como recomendable invertir en automatización y herramientas digitales para la cadena de suministro, les podría permitir mejorar su flexibilidad y reducir su dependencia de un solo país o región. “En el caso de China, las compañías aún pueden encontrar valor en mantener relaciones estratégicas allí y, al mismo tiempo, diversificar su base de suministro para mitigar los riesgos asociados con los aranceles o la incertidumbre política. Las empresas no tendrán otra opción que aumentar el número de fuentes y países fabricantes”, asegura.

Explica a además que las negociaciones comerciales y las políticas gubernamentales seguirán desempeñando un papel clave en la configuración de la dinámica comercial global y que el resultado de los anuncios de Trump y cualquier acuerdo comercial posterior con China u otros países podría influir en si las compañías consideran si es más rentable continuar diversificándose fuera de China o si China sigue siendo un hub clave para la fabricación en la cadena de suministro global.

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