El primer trimestre de 2025 trajo un notable incremento en los precios de los combustibles en Colombia. Todo se debe a ajustes fiscales y cambios en la composición de los biocombustibles.
Colombia enfrenta una escalada continua en los precios de los combustibles, una situación que se ha venido agravando en los últimos años debido al déficit acumulado en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc). Este mecanismo fue creado para mitigar las fluctuaciones internacionales y mantener precios estables, pero el desbalance financiero ha obligado al Gobierno a implementar incrementos graduales.
De acuerdo con datos del Ministerio de Hacienda, la gasolina ha subido más de 7.000 pesos, mientras que el diésel registra un aumento superior a 1.000 pesos. Sin embargo, las autoridades advierten que los ajustes continuarán para sanear las finanzas del FEPC.
Un informe reciente de la Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos (Comce) reveló cifras preocupantes. En el primer trimestre de 2025, las ventas de diésel crecieron un 6,56%, lo que equivale a 31,18 millones de galones adicionales comercializados en comparación con el mismo periodo de 2024.
Por otro lado, la gasolina corriente mostró una leve caída del 0,24%, lo que representa una desaceleración en la reducción de ventas respecto al año anterior. «Empresas como Terpel, Primax y Chevron controlan el 74,56% del mercado mayorista de combustibles en Colombia, consolidando su dominio en el sector», señaló el informe.
Además, el gremio destacó que en el país operan más de 6.400 estaciones de servicio, claves para el abastecimiento nacional y el desarrollo económico. En tanto, el Fepc ha acumulado un déficit histórico debido a la diferencia entre los precios internacionales del petróleo y los valores locales subsidiados. Según analistas, el Gobierno busca evitar un colapso fiscal, pero los incrementos afectan directamente el bolsillo de los colombianos.
«El ajuste es necesario para evitar un descalabro mayor en las finanzas públicas, pero urge una política de transición energética que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles», afirmó Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda, en diálogo con Portafolio.
Por lo pronto, la situación del precio de los combustibles en Colombia refleja una crisis estructural que no se resolverá con simples ajustes graduales. Mientras el país no avance en energías alternativas y una reforma fiscal sostenible, los usuarios seguirán sufriendo el impacto en su economía diaria. El aumento en las ventas de diésel, pese al alza de precios, sugiere que la demanda industrial y de transporte sigue siendo alta, lo que profundiza la dependencia de este combustible.